Desafíos en la aplicación de la ludificación para profesionales de la salud
Más allá de las aplicaciones y los pacientes, la verdadera transformación ocurre en quienes guían el proceso: los profesionales de la salud. Ellos son los encargados de convertir la ludificación en una herramienta ética, educativa y humana
Desafíos principales
1. Formación y resistencia al cambio
Uno de los mayores retos es la falta de formación digital y pedagógica de los profesionales. Según un estudio de Koivisto y Hamari (2019), muchos trabajadores del sector salud consideran que los juegos “no son herramientas serias” o que podrían trivializar el cuidado. Sin embargo, los autores concluyen que la aceptación mejora cuando los profesionales reciben capacitación práctica sobre cómo usar la ludificación para enseñar, evaluar o acompañar a pacientes.
2. Carga laboral y falta de tiempo
Implementar juegos o dinámicas motivacionales en la práctica clínica o educativa exige tiempo, creatividad y recursos, tres cosas que suelen escasear en el sistema de salud. Pečjaková et al. (2024) advierten en su publicación que la gamificación médica fracasa cuando se añade como “tarea extra” y no se integra a los procesos existentes. Esto genera fatiga y resistencia, especialmente en contextos de sobrecarga laboral.
3. Diseño ético y orientado al paciente
No todos los juegos motivan igual. La competencia excesiva o las recompensas superficiales pueden generar ansiedad o frustración. Por ejemplo, Seaborn y Fels (2015) en su artículo sobre "Gamificación en teoría y en acción: una encuesta" , afirman que el diseño ético es clave: los profesionales deben garantizar que las mecánicas del juego fomenten la autonomía, el aprendizaje y el bienestar, no solo la puntuación.
4. Evaluar el impacto real
Pese al entusiasmo, pocos proyectos miden de forma rigurosa su impacto en los resultados de salud. Johnson et al. (2016) destacan que la mayoría de las intervenciones se centran en la motivación, pero no en indicadores clínicos (como la adherencia, la reducción del estrés o el conocimiento adquirido).
Nuevos horizontes: el profesional como diseñador del cambio
Los profesionales de la salud del siglo XXI ya no son solo transmisores de conocimiento, sino diseñadores de experiencias. Adoptar la ludificación implica cambiar la manera de enseñar, acompañar y comunicar. Significa conectar con la emoción, la empatía y la curiosidad.
Imagina un enfermero que convierte la educación del paciente en un “viaje de logros”, un fisioterapeuta que usa un tablero digital para registrar avances, o un médico que da “medallas de progreso” por adherirse al tratamiento. Cada acción lúdica tiene el poder de humanizar la tecnología y volver el aprendizaje algo memorable.
La ludificación no debería verse como una moda tecnológica, sino como una estrategia pedagógica y relacional, que usa el juego como medio para promover el bienestar, la participación activa y la construcción de hábitos saludables. Para lograrlo, el profesional debe integrar tres dimensiones:
Pedagógica: saber cómo enseñar a través del juego.
Emocional: conectar con la motivación y el bienestar del paciente.
Ética: garantizar que la experiencia sea respetuosa, inclusiva y significativa.
En este sentido, la ludificación representa una oportunidad fascinante para repensar la formación y el desempeño de los profesionales de la salud: convertir la rutina en aprendizaje activo, motivación constante y mejora continua.
Sin embargo, considero que el entusiasmo tecnológico ha adelantado a la práctica consciente y contextualizada.
Uno de los mayores errores es pensar que basta con “poner medallas” o “dar puntos” sin analizar el contexto real del profesional, sus limitaciones, el equipo de trabajo y los objetivos clínicos. Es como entregar un control de videojuego sin explicar las reglas del juego, los niveles o los objetivos. Sin esa comprensión, la ludificación corre el riesgo de convertirse en una distracción más que en una herramienta de transformación.
Por eso, seria apropiado que la implementación se base en tres pilares fundamentales:
- Formación específica: los profesionales deben recibir capacitación en diseño pedagógico, narrativa del juego y tecnologías aplicadas al cuidado.
- Alineación con protocolos clínicos: la ludificación no debe competir con la práctica asistencial, sino integrarse en ella, complementando los procesos de diagnóstico, prevención o rehabilitación.
- Evaluación de resultados reales: no basta con medir la participación; se debe medir el aprendizaje, la adherencia, la satisfacción y, sobre todo, los resultados en salud.
Solo así pasaremos de “jugar para divertir” a “jugar para mejorar la salud”, donde cada dinámica lúdica sea una herramienta ética, emocional y profesional para humanizar el cuidado.
En definitiva, el futuro del cuidado no solo depende de la tecnología, sino de nuestra capacidad para jugar con propósito, aprender con emoción y cuidar con empatía
🎯 Mini juego: “Tú decides qué hacer”
Imagina que eres profesional de la salud y te piden implementar una estrategia de ludificación. Elige tus respuestas y descubre tu estilo de profesional.
Escenario 1
Un grupo de adolescentes no asiste con frecuencia a los talleres de salud sexual. ¿Qué haces?
Escenario 2
Tu equipo está agotado y tiene poco tiempo para nuevas estrategias.
Escenario 3
Un paciente mayor dice que los “juegos son para niños”.
Hola, Valeria. Me encantó el mini juego. Dió justo en el clavo con su resultado: soy un profesional creativo y valoro mucho que el aprendizaje sea mediante el juego y la interacción con los otros, proponer soluciones innovadoras y no estar siempre con las mismas cosas. Considero que la ludificación puede ser efectiva en muchas áreas del conocimiento, no solo en salud. Saludos!!
ResponderEliminarHola Valeria, la información que das es muy interesante ya que muchas veces los profesionales de salud se centran en el problema y no en generar estrategias para que esto sea mas llevadero para las personas que lo están viviendo y me parece que es una gran invitación a todos los profesionales de salud a capacitarse en ludificación. Me gustó el juego y espero poder llegar a ser una profesional que sabe equilibrar la motivación y ética en las estrategias.
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